Origenes

Origen del Porcino Ibérico. El binomio cerdo-bellota

 

El origen de los suidos se fecha en torno a 25-40 millones de años atrás en Eurasia, desde donde se irradiarían hacia otras áreas, apareciendo los primeros cerdos en el Mioceno superior  (Pinheiro, L.C., 1973). Los zootecnistas clásicos conciben que la totalidad de las aproximadamente 100 razas porcinas reconocidas oficialmente en la actualidad tienen su origen en cuatro troncos porcinos primitivos: Sus Eusus, Sus Striatosus, Sus Scrofa y Sus Mediterraneus. De estos troncos, Sus Eusus y Sus Striatosus estarían asentados en diferentes áreas de Asia.  Sus Eusus sería el que menos trascendencia tendría de los cuatro troncos, pues habría originado cerdos indonésicos sin apenas influencia en la génesis de las razas actuales. En cambio,  Sus Striatosus, a través de su forma Sus Striato, Sus vittatus, habría sido el origen de las actuales razas asiáticas caracterizadas por su gran prolificidad y precocidad. Por otro lado, Sus Scrofa, que estaría asentado en el centro y norte de Europa, originaría, a través de su forma Sus Scrofa ferus, los cerdos de tipo célticos de Centroeuropa, que por cruces mejorantes con cerdos asiáticos darían lugar a las actuales razas precoces blancas tan afamadas.

                             

Estos cerdos célticos alcanzarían la Península Ibérica a través de Los Pirineos y se asentarían en el tercio norte peninsular originando razas célticas autóctonas de la Península, hoy día todas prácticamente desaparecidas, como el Cerdo Celta, el Gochu Asturiano, la raza Alavesa, el cerdo de Aliste, el Molinés, la raza Batzanesa, el cerdo de Vic, el Bisaro portugués, etc. A su vez de este  Sus Scrofa derivaría de manera directa, por adaptación a los ecosistemas de la cuenca mediterránea, el Sus Mediteraneus, del que surgen los cerdos de tipo mediterráneo como nuestro ibérico, algunas razas italianas y francesas, el Mangalitza húngaro, etc.  

                              

 Área tradicional de distribución del cerdo ibério y de las razas célticas peninsulares.
 

                           

Por tanto, podemos decir que en la península Ibérica tradicionalmente se reconocía la existencia de dos tipos porcinos claramente diferenciados y asentados en diferntes áreas. Por un lado tendríamos los cerdos célticos, procedentes del Sus Scrofa ferus y que se ubicaron en el tercio norte peninsular, y por otro lado el tronco ibérico, procedente del Sus Mediterraneus, y que colonizó el litoral mediterráneo y las zonas de bosque mediterráneo que hoy constituyen las áreas de dehesa.

                                

                                       Area de expansion de la raza

 El cerdo iberico su diferenciación a raza, a partir del cerdo mediterráneo que alcanzó la Península, está determinada en gran medida por la interacción con el bosque mediterráneo peninsular, caracterizado por especies arbóreas del género Quercus; es decir, por la interacción cerdo-bellota. Se trata por tanto de un cerdo de tipo mediterráneo perfectamente adaptado al ecosistema de la Dehesa (bosque mediterráneo adehesado), siendo el ganado que mejor aprovecha los recursos que ésta ofrece.